Escritora
Esperanza Hernández
Esperanza Hernández es Docente, Pedagoga y Coach con especialización en comunicación, liderazgo y emprendimiento.
Es Máster Coach Certificada, Coach Ontológico, Especialista en Coaching Educativo y Life & Executive Coach. También es y Facilitadora de Procesos de Cambio con PNL. Con formación en Oratoria y Neuro Oratoria.
Cuenta con diplomados en PNL y Educación, Liderazgo, Inteligencia Emocional, Análisis del Discurso, Educación Financiera así como Comunicación y Marketing Digital. Desde 2015 trabaja de manera independiente, cuenta con dos emprendimientos y más de 20 años dedicados a la capacitación y formación.
Es articulista para medios digitales, conductora de radio digital (México, Chile y Ecuador), Mentora de Emprendedores y coautora de dos libros, compartiendo su conocimiento y experiencia en sus escritos.
El mundo empresarial actual es dinámico y complejo. Como líderes, nos enfrentamos a desafíos únicos cada día.
¿Te has preguntado alguna vez si existe un estilo de liderazgo que se adapte a todas las situaciones? La respuesta es no, y es aquí donde entra en juego el liderazgo situacional.
¿Qué es el liderazgo situacional?
El liderazgo situacional es un enfoque flexible que reconoce que no existe una forma única de liderar. En su lugar, propone que los líderes deben adaptar su estilo según la situación y las personas con las que trabajan.
Imagina que eres el director de una orquesta. A veces necesitas guiar con firmeza, otras generar armonía y en ocasiones dar libertad creativa a los músicos. El liderazgo situacional funciona de manera similar: Permite ajustar tu enfoque según lo requiera cada momento.
El liderazgo situacional propone, principalmente, cuatro posibilidades:
- Dirección: Dar instrucciones claras y supervisar de cerca. Funciona mejor con colaboradores nuevos o en situaciones de crisis.
- Entrenamiento: Se continúa dirigiendo, sin embargo, explicas tus decisiones y pides sugerencias. Ideal para colaboradores que están ganando confianza o nuevos en el puesto.
- Apoyo: Facilitar y apoyar los esfuerzos del equipo, compartiendo la toma de decisiones. Puede aplicar bien con colaboradores competentes que necesitan motivación.
- Delegar: Entregar la responsabilidad de la toma de decisiones y la resolución de problemas al equipo. Ideal para colaboradores expertos y altamente motivados.
¿Por qué es importante?
El liderazgo situacional nos recuerda que nuestros equipos están formados por personas con diferentes necesidades y niveles de experiencia, por lo cual requerimos adaptarnos continuamente para:
- a) Mejorar la productividad y la satisfacción laboral
- b) Desarrollar las habilidades de nuestro equipo más eficazmente
- c) Crear un ambiente de trabajo más positivo y colaborativo
¿Cómo ponerlo en práctica?
- Conoce a tu equipo: Observa y habla con tus colaboradores. ¿Cuáles son sus fortalezas? ¿Qué les motiva? ¿En qué áreas necesitan apoyo?
- Evalúa cada situación: Antes de actuar, analiza el contexto. ¿Es una tarea rutinaria o un nuevo desafío? ¿Cuál es el grado de responsabilidad? ¿Cuál es el nivel de urgencia?
- Sé flexible: Prepárate para cambiar tu enfoque, incluso durante una misma tarea. Quizás inicies dando directrices claras, pero a medida que tu equipo gane confianza, podrías pasar a un rol más de apoyo.
- Comunícate claramente: Explica tu enfoque al equipo. Esto ayuda a evitar malentendidos y fomenta la confianza.
- Pide retroalimentación: Pregunta a tu equipo cómo se sienten con el estilo de liderazgo. Esto te ayudará a mejorar y les hará sentirse valorados.
Superando los desafíos
Adoptar el liderazgo situacional puede ser desafiante. Requiere autoconciencia, empatía y la capacidad de leer situaciones rápidamente. Algunas sugerencias para superar estos retos:
1) Practica la escucha activa: Presta atención no solo a las palabras, sino también al tono y el lenguaje corporal.
2) Desarrolla tu inteligencia emocional: Trabaja en reconocer y gestionar tus propias emociones, así como en comprender las de los demás.
3) Aprende de los errores: Reflexiona sobre tus decisiones. ¿Qué funcionó bien? ¿Qué harías diferente la próxima vez? ¿Qué podrías evitar la próxima vez?
Conclusión
El liderazgo situacional nos recuerda que ser un gran líder no se trata de tener todas las respuestas, sino de saber cómo obtener lo mejor de nuestro equipo en cada situación.
El verdadero arte del liderazgo está en la adaptabilidad. Al ajustar tu estilo a las necesidades de tu equipo y a las demandas de cada situación, no solo mejorarás tus resultados, sino que también crearás un ambiente de trabajo más positivo y productivo.
Y tú ¿Has aplicado el liderazgo situacional en tu trabajo? Te invitp a compartir tus experiencias y aprendizajes.
Juntos, podemos seguir creciendo como líderes y hacer una diferencia real en nuestras organizaciones y en las vidas de las personas que lideramos.
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